@Antonio_Anson
Antonio Ansón. Licencia CC
Todavía puede oirse en los largos pasillos de los ministerios el eco de frases que afirman con absoluta certeza aristocrática que la Administración debe acercarse a los ciudadanos. Ecos de un mundo que ya no existe, solo que se resiste a aceptarlo.
La sociedad ha cambiado y sigue evolucionando, mientras la Administración transforma plumillas en ordenadores para hacer lo mismo que venía haciendo.
La Administración se queda atrás cuando más necesitan los ciudadanos de servicios públicos eficientes. Es necesario establecer un diálogo social, un debate sobre lo que quieren y necesitan los ciudadanos de los servicios públicos. Mostrar que es posible una gestión profesional de lo público de la que se beneficie el conjunto de la sociedad.
Estamos a tiempo de sacudir las telarañas de los ordenadores y dejar de aburrir a nuestros conciudadanos a base de informaciones utilísimas que no usa nadie y otras propagandas vacias, para establecer un verdadero diálogo en los medios sociales.
El trabajo de las Administraciones Públicas no solo debe ser medido, sino que, además, debe estar sometido a la opinión de los usuarios de los servicios públicos. Ésta, la opinión de los ciudadanos, debe ser el mercado de las iniciativas del sector público.
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