Fuencisla Gaitero
El aprendizaje online nunca podrá reemplazar una experiencia de aprendizaje en persona, sobre todo en determinadas líneas formativas, como las de habilidades o de perfeccionamiento en materias de alta especialización, o con debates y mesas redondas en seminarios o jornadas, sin embargo, la formación online ha irrumpido en el modelo de formación tradicional tal y como la conocemos, me refiero a la del aula-obsoleta y con el profesor de sólo-power-point.
La formación online viene a rellenar lagunas que no se podían cubrir por la presencial por falta de tiempo y de presupuesto. Incluso viene a complementarla, vía cursos mixtos o “blended-learning” .
Lo que sí es un hecho aceptado por la mayor parte de los promotores y gestores de la formación es que en ciertos aspectos la formación presencial no puede competir con la formación online, el e-learning o e-aprendizaje. Así que, aunque seguirá habiendo una gran implantación y necesidad de la formación presencial, esta deberá convivir con la online en aquellos aspectos, materias y contenidos en que esta última es más efectiva.
Y relacionado con esto último es a lo que quería referirme ahora, es decir, a las mejoras en que esto se traduce para las organizaciones y las Administraciones Públicas:
1. Mejora de la calidad formativa y del aprendizaje
Fundamentalmente por varias razones: por una parte, un mayor y mejor contenido en el material didáctico que se pone a disposición de los alumnos y con ello me refiero a que se incrementa la disponibilidad de manuales, documentos de detalle, vídeos explicativos, actividades facilitadoras de la comprensión, bibliografía y otros recursos formativos que aportan la posible consulta y ampliación de términos, conceptos o procedimientos, entre otros.
Por contra, en la mayor parte de los cursos presenciales no se pone a disposición del alumno a tiempo real tanto material. En ocasiones, se cita una fuente o sitio web en donde el alumno puede descargarse el material, lo que implica que después de irse del aula, si el alumno se acuerda, o tiene interés, posteriori debe obtener los documentos. Es decir, el diferimiento en el tiempo entorpece y no garantiza en muchos casos la lectura y análisis del material complementario.
Por otro lado, está la necesaria incorporación de elementos tales como test, encuestas, actividades y ejercicios prácticos para evaluar o autoevaluar la comprensión y el progreso de los alumnos, lo que para mi representa uno de los elementos más potentes, que consiste en facilitar que el conocimiento quede completamente asimilado por los alumnos.
En un gran porcentaje de los cursos presenciales, esto no se realiza por falta de tiempo o de medios; …¡¡más práctica!! …es lo que los alumnos nos reclaman continuamente en muchos cursos presenciales.
2. Creación de comunidades de aprendizaje
No sólo es esencial, sino que en muchos casos es la clave del éxito de un curso online. Lo más novedoso respecto al presencial, especialmente cuando, estamos acostumbrados a demostrar lo que sabemos por escrito, mientras que cuando surge un debate o se aclara una duda en un presencial, algún alumno de los presentes ante el experto no se atreverá a emitir una opinión o experiencia que resulte contraria o permita contrastar lo que opina el experto, quizá por respeto o timidez por el hecho del “face-to-face” o cara-a-cara, que es, por cierto, como los ingleses llaman al presencial.
La asincronía además (preguntas o dudas que se trasladan en un foro que se contestan unos minutos u horas más tarde) aporta, a mi juicio, una mayor precisión y claridad en la respuesta.
Otro valor que aporta la creación de comunidades de aprendizaje es la creación de una inteligencia colectiva, funcional o por materias. Lo que se ha definido por algunos expertos como «la capacidad de las comunidades humanas de evolucionar hacia un orden de una complejidad y armonía mayor, tanto por medio de mecanismos de innovación, como de diferenciación e integración, competencia y colaboración”. Esto, sin duda, es uno de las mayores oportunidades y avances de cara a una mayor cualificación y especialización en determinadas áreas dentro de las Administraciones Públicas.
3. Más especialistas entre los que participan en la creación del curso
Sin duda, la participación de distintos grupos de especialistas en la elaboración, diseño y desarrollo de cursos online, permite la generación de un mejor producto. La incorporación del diseño instruccional, el enfoque pedagógico, la estructuración de los contenidos, la exigencia de una mayor homogeneidad en la elección de los destinatarios del curso y, como no, la identificación de objetivos más claros y precisos.
La intervención de especialistas en distintas áreas -gestores de las plataformas de formación, pedagogos, expertos en comunicación, además del propio autor de los contenidos- sólo es posible en la formación online o, al menos, aunque también fuese posible en la formación presencial, no ha sido costumbre tal y como se ha venido desarrollando hasta la fecha.
4. Mayor alcance a los empleados públicos
Se trata de que a lo largo de un relativamente corto periodo de tiempo podemos llegar a todos nuestros empleados en materias de interés general o específico para mejorar el servicio público,los procedimientos o aspectos individuales de cada empleado como pueden ser: habilidades y destrezas en la atención al ciudadano, la gestión eficaz del tiempo,el trabajo en equipo, la responsabilidad social corporativa, etc.
¿Cuál es otra de las ventajas?: Homogeneidad de contenidos para todos y un feed-back sobre el grado de realización y seguimiento de los cursos por parte de los alumnos. La tecnología no interrumpe la educación, irrumpe en ella porque facilita a todos el trabajo, con esto me refiero a que los sistemas de gestión del aprendizaje o “LMS”, hacen un seguimiento y monitorizan el progreso del estudiante, automatizan las correcciones de los test y simplifican el proceso para que los profesores, gestores y promotores de la formación se centren en lo que mejor saben hacer y en otros trabajos que aportan más valor, tales como, la planificación, programación o detección de necesidades formativas.
5.Mayor oferta formativa con el mismo o menor coste
Este hecho es innegable y resulta una gran oportunidad en tiempos de recortes de servicios y de actuaciones como consecuencia de la reducción en las dotaciones de los presupuestos públicos.
En términos porcentuales los datos nos demuestran, en ciertos planes de formación con materias más generalistas, que la formación presencial alcanza sólo al 15% de los empleados con un 40% del coste -incluye los gastos derivados del pago a profesores, alojamiento, viajes y manutención de todos los asistentes al curso-, frente a la formación online, que llega al 85% frente con sólo el 60% de coste -mismos conceptos-. En conclusión: debemos impulsar la formación online.
Y aunque no estimado, no incluimos el coste de oportunidad, es decir el coste del tiempo que el empleado usa para desplazarse al aula, y recibir el curso y en el que, por cierto, no está produciendo en su puesto de trabajo.
Os animo a que contéis vuestras experiencias y opiniones sobre este breve análisis y ya os doy ¡gracias! de antemano.
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