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¿Por qué en Islandia las ovejas van de tres en tres?


@Antonio_Ansón

Una reflexión sobre la reforma de la Administración Pública

ovejitas irlandesas 2

Antonio Ansón 2013

En  España las reformas se suceden sin que nada cambie.

En Islandia las ovejas van de tres en tres.

Debe existir una razón para explicar ambos fenómenos. Y la de las afamadas ovejas islandesas es la más fácil de encontrar. La dejaremos para el final.

Tres razones por las que los cambios no se producen

En primer lugar, no hay una verdadera reflexión sobre el modelo, por lo que solo se proponen medidas que coincidan groseramente con las opciones ideológicas que se pregonan en las campañas políticas. Las propuestas se resumen en “Administración-maná” frente a  “Administración-caca”, sin mayores matices. Una lleva al crecimiento de la Administración, sin asegurar mejores servicios públicos. La otra a su disminución a golpe de recorte, con el mismo resultado, esta vez garantizado. Eso sí, la palabra eficiencia preside las frases y el adjetivo eficiente inunda los párrafos hasta hacerlos ilegibles.

En segundo lugar, una vez tomada la foto y publicada en los medios, los responsables políticos de las propuestas se desentienden de todo lo que no alcanza interés para la opinión pública.

En tercer lugar, las grandes líneas de reforma, caso de existir, no se traducen en proyectos concretos, con plazos, responsables y seguimiento. Se advierte una falta de traslado efectivo del proyecto gubernamental a proyectos estratégicos que permitan alcanzar el objetivo que se pretende.

Tres alternativas para hacer viable la reforma de la Administración

Cambio de actitud de los partidos políticos. Es necesaria una reflexión y un debate público sobre los servicios públicos que necesita la sociedad española y la mejor forma de proporcionárselos. Claro que existen diferentes opciones, pero los ciudadanos tenemos derecho a opinar y decidir sobre el destino de nuestros impuestos. A lo mejor preferimos recortar en eventos de renombre, que tanto gustan a nuestros políticos (eventos con los que tanto mundo se ha recorrido a cargo del erario público), y pagar más sanidad pública, por acudir como ejemplo a lo más valorado en nuestra sociedad.

Liderazgo en las reformas. Nuestro sistema constitucional sitúa en la dirección de la Administración Pública a los representantes políticos, para que representen los intereses de los ciudadanos, no de su partido ni su interés particular. Es evidente, pero habrá que repetirlo cada día, hasta que cale en las conciencias. No es posible hacer ninguna reforma de interés sin la implicación decisiva del Gobierno, señalando el objetivo en interés de todos que se persigue.

Profesionalidad en la ejecución de las reformas. Esta parte afecta a los empleados públicos, especialmente a todos aquellos que ocupan puestos de responsabilidad. Profesionalidad supone reflexión estratégica, planificación y medición de resultados. Algo que ahora mismo brilla por su ausencia. Es necesario establecer un sistema público de rendición de resultados de todas las Direcciones Generales, que garantice que estas trabajan y lo hacen en la dirección adecuada.

Conclusión

No basta con decir que se va a hacer una reforma para que esta se realice. Muchos políticos presumen (y hacen bien) de su experiencia en el sector privado. Pero en ninguna empresa, identificado el problema y determinada la necesidad de cambiar, sus máximos responsables se limitan a dar una rueda de prensa, anunciar las medidas al público y confiar que ocurra algo, dejando que sus directivos y trabajadores se enteren por la televisión de lo que ocurre.

Y la Administración es una empresa muy grande para confiar su reforma al azar.

¡Ah!, ¿y las ovejitas islandesas? Muy sencillo. Las ovejas islandesas suelen tener dos crías. Y para el verano, cuando el resto del mundo visita Islandia, las crías tienen, para el ojo poco avezado del viajero, el mismo tamaño que la madre. Por eso van de tres en tres.

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La comunicación al instante de Susana Relaño


Gerardo Bustos

Susana Relaño sintió que iba a morir, y le envió un mensaje angustioso a su marido por Whatsapp. Tan instantánea fue la comunicación “particular”, que precedió a la información “oficial”. El mensaje llegó al marido cuando en la estación de destino aún ignoraban el trágico accidente. Una metáfora de la realidad, porque la sociedad va por delante del estamento administrativo   Es el nuevo mundo: información al momento, comunicación permanente, transparencia total.

La tragedia ferroviaria del tren AVIA a Galicia, con 79 muertos y numerosos heridos, ha sacudido nuestra capacidad de tragedia este verano. Pero a la sombra de la gran catástrofe han aparecido también no pocas anécdotas que nos hacen reflexionar sobre numerosos aspectos de la vida.

Vivo y directo

A mí me ha provocado una especial reflexión la anécdota vital de Susana Relaño. Un ejemplo claro y directo del valor de la comunicación y de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Ella vivió un milagro, y al mismo tiempo nos ha dejado una experiencia de comunicación real como pocas.

Susana Relaño iba en el tren que descarriló. Tan mal se vio en los primeros instantes después del accidente, que envió a su marido el siguiente mensaje por Whatsapp: “Accidente, ni se si sqldre. Mw ahogi, plasrada”. El marido, que la esperaba en la próxima estación, entendió bien el mensaje: “Accidente. Ni sé si saldré. Me ahogo. Aplastada”.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/07/26/galicia/1374840318_893874.html

No le resultó fácil enviar el mensaje, porque como ella misma cuenta a “El País”: “me quité brazos y piernas de encima y le escribí el mensaje a mi marido”. Pero la necesidad de comunicarse, de compartir su estado, fue mayor que las dificultades.

El marido fue a hablar con el personal de la estación de A Coruña, donde la esperaba. Pero le dijeron que no sabían nada de accidente. Después de cinco minutos, que se le hicieron cinco siglos, el Whatsapp le arrojó otro mensaje de su mujer: “Estoy a salvo”.

Lección práctica de TIC

Poco hechos reales reflejarán con tanta contundencia la importancia de las comunicaciones en estos momentos. La necesidad de comunicarse, saber y compartir en cualquier momento, incluso en los más difíciles momentos de nuestra vida.

Y pocos hechos evidencian con tanta sencillez la necesidad de que la información oficial se agilice y dé respuesta a tiempo. La información ya no es una cuestión de cantidad, sino de instantaneidad.

Me alegro mucho por la suerte de Susana Relaño; un milagro. Pero sobre todo le agradezco enormemente la lección de comunicación y la clase magistral de aplicación TIC que nos ha brindado.

Cada vez que alguien no entienda la importancia del verbo compartir y del alcance de la transparencia, la información rápida, la comunicación al instante, sé lo que le voy a responder: pregunta a Susana Relaño. Ella te puede explicar.